El sirope de fresa es uno de los productos más apetitosos que existen en el mercado. Su color es realmente provocativo y es utilizado en un gran número de recetas.
En el momento se destaca por ser un tipo de jarabe muy saludable, que le da protagonismo a la fresa, más allá de su sabor dulce.
En tanto el sirope tiene vitaminas como la E, C, además de acido fólico, magnesio y potasio, este jarabe tiene la virtud de impactar sobre el metabolismo, relajando el sistema nervioso y aportando a la digestión.
- Cero calorías, aporta un extra de deliciosos sabores a tu dieta
- Bajas en calorias. Servitita son perfectas para deportistas y personas que les gusta cuidar su alimentación
- Menos de 1 Kcaloría por ración
- Ingredientes seleccionados
Naturalmente, es un producto que hay que consumir con moderación.
En este artículo conocerás tres alternativas para hacer este sirope, tanto para que puedas aprovechar la fresa en su estado más natural, o bien, siendo recursivo bajo el uso de mermelada.
De cualquier manera sus propiedades y beneficios se mantienen.
¡Anímate a realizar estas recetas y descubrir el fascinante sabor de este sirope!
Que vas a encontrar
Receta para preparar sirope de fresas naturales en casa
El proceso de elaboración de sirope de fresas resulta bastante fácil de realizar.
Lo interesante es que al realizarlo de manera casera, el sabor es mucho más fresco y saludable, manteniendo su «alquimia» nutricional y benéfica. Lo importante es mantener en equilibrio los ingredientes.
Ya que un uso inadecuado de las cantidades de los ingredientes podría provocar un sabor distinto, o bien, que se pierda la esencia nutricional y benéfica de la cereza, llegan a arruinar los platos en los que se desee agregar dicho sirope.
Los ingredientes son los siguientes:
- 1 kilogramo de fresas
- 1/2 kilogramo de azúcar
- 1/2 litro de agua
El ingrediente opcional en esta receta es el limón, que ayuda a balancear el sabor dulce de la receta, razón por la cual puede agregarse al final, pese a que algunos prefieren integrarla al principio.
Como se hace
El proceso de preparación parte con el mezclar el azúcar y el agua en una olla. La idea es disolver el azúcar.
Se integran las fresas, previamente lavadas y partidas en trozos, en cuanto el agua este hirviendo.
El proceso de cocción se mantendrá durante un tiempo de 40 a 45 minutos.
Después de esto, se retira la olla del fuego y se bate para demoler la consistencia que aun tengan las fresas.
Lo ideal sería utilizar una batidora que se haga cargo de triturarlo todo, hasta que la mezcla adquiera la densidad de una sopa.
Ya en este punto, te estarás preguntando sí el mundo de semillas de las fresas hará parte de este sirope.
Por lo que para erradicarlas te será necesario utilizar un colador. En caso de que tu colador tenga orificios que no permitan filtrarlos, la sugerencia es utilizar una gasa.
De ese modo adquieres un jarabe realmente suave y dulce.
Si ha quedado demasiado simple, agrega una o dos cucharaditas de azúcar.
RECETA – Cómo preparar el jarabe de fresa casero con mermelada
Ahora bien, otra de las opciones de realizar jarabe de fresa casero, es bajo el uso de mermelada de fresa, por supuesto.
Lo interesante de esta opción es que no vas a tener que colar el jarabe al final, en tanto la mayoría de las mermeladas que se comercializan son carente de dichas pepitas.
La idea de la receta es diezmar la consistencia que tiene la mermelada, para que adquiera la suavidad que todo sirope representa.
Por eso, las proporciones para elaborar esta receta no son universales, ya que la consistencia de la mermelada varía de acuerdo a la empresa productora.
Sin embargo, las proporciones generales son las siguientes:
- 250 gramos de mermelada
- 100 gramos de azúcar
- 100ml de agua
- Máximo el zumo de medio limón
Naturalmente, para obtener una mayor cantidad de este sirope, resulta necesario duplicar las cantidades aquí indicadas.
El proceso de elaboración puede realizarse de dos maneras.
La primera de ellas consiste en agregar todos los ingredientes a un bol y utilizar una batidora para que todo se condense y adquiera la suavidad que se busca.
Dependiendo del sabor que alcance se puede agregar más azúcar.
La segunda opción de preparación de este sirope consiste en calentar el agua hasta que alcance el punto de ebullición.
Se retira la olla del fuego. Solo entonces se agrega la mermelada y el azúcar. De ese modo no será necesario utilizar la batidora, sino que se apoya la disolución usando una cuchara.
El aporte que tiene el limón en la receta es para balancear los sabores y permitir que la acidez que proporciona le otorgue más intensidad al sabor de la fresa, destacándolo sobre sus niveles de glucosa.
Una vez se haya completado el proceso, la sugerencia es almacenar el sirope en un frasco dentro de la nevera, durante un periodo máximo de 15 días.
¿Donde se puede usar el caramelo de fresa?
El uso del sirope de fresa es realmente muy amplio.
Algunos chefs suelen utilizarlos en platos gourmet, por ejemplo, para darle otros matices a la salsa barbacoa, para luego agregarla en carnes como la de ternera o pollo. Todo esto depende ya de la creatividad y la ciencia del mismo chefs.
Sin embargo, el mayor uso que se le da al sirope de fresa tiene que ver con el mundo de la repostería y los postres.
A continuación se presenta tres opciones para integrar el jarabe de fresa en tus platos.
Para yogurt
El caramelo de fresa puede ser usado de dos maneras. Ya sea a través de un yogurt blanco comprado en un supermercado, o bien, tras realizar yogurt en casa.
Al agregar el jarabe de fresa, la acidez del yogurt se equilibra, lo que permite que el postre sea mucho más intenso y delicioso.
Para tarta de queso
Toda tarta de queso que se respeta se caracteriza por tener sirope de fresa sobre su superficie.
La idea en este caso, es utilizar un tipo de sirope que sea un tanto más denso.
Aun así, dado que este es un postre refrigerado, a la hora de consumirlo, la capa mantiene su consistencia.
Para bizcocho
En el caso de los bizcochos hay dos opciones.
La primera consiste en derramar el sirope o caramelo de fresa directamente sobre el bizcocho ya preparado.
Es la opción más sencilla, pero no por ello deja de otorgar la misma belleza que supone el derramarlo sobre una tarta de queso.
La otra opción es que a medida que se vierte la mezcla de harina para bizcocho en el bol que será llevado al horno, se agregan capas de sirope de fresa.
Cuando el pastel es horneado y retirado, los cortes que se realicen al pastel, dejarán a la vista las capas de sirope.
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